sábado, 14 de agosto de 2010

Blog en Milenio

Estas últimas semanas había estado publicando este blog aquí y también en Milenio.com, en la sección de blogs. Ya no le veo caso a tener el blog en dos sitios, y sólo voy a mantener el blog de Milenio. La liga es:

http://blogs.milenio.com/blog/147

¡Nos vemos en Milenio! Gracias por su interés...

viernes, 6 de agosto de 2010

Nostalgias digitales


Hace pocos años decidí transferir a archivos digitales las transparencias que tenía de mi larga estancia en Europa. Se trataba de unas 300 diapositivas, la mayoría en rollo Kodachrome. Para los que no conozcan el maravilloso Kodachrome, es un rollo de fotografía a color hecho por Kodak desde 1935, de altísima calidad. Pero de lo que más se acuerda uno es de que no se mandaba a revelar a la farmacia de al lado, no, había que mandarlo por correo a un centro autorizado, y de hecho el revelado ya estaba incluido en el precio de compra del rollo. Bueno, contaba que quería pasar esas fotos a archivos digitales, porque la verdad ya no es tan facil conseguir proyectores de esos de carrousel para proyectar las diapositivas.

Renté un scanner especial para dispositivas, y con la ayuda de mi esposa y hasta de la tía Queta de mi esposa, logramos el fin de semana escanear todas las dispositivas. Una vez terminada esta tarea, les comenté a mi esposa y a Queta que me preguntaba si tirar las diapositivas y conservar solamente los archivos digitales. Queta opinaba vehementemente que un recuerdo de semejante valor no debía tirarse. Mi esposa prefería tirarlas. Yo estaba indeciso. Finalmente, en un arranque de decisión, lancé a la basura los 300 testimonios fotográficos tanto de mi estancia en Europa como de mi aprendizaje de la fotografía con cámara de tipo reflex. Pero debo confesar que en lo más hondo sí tenía un sentido de pérdida.

Resulta que mi episodio personal con la transformación de las fotos, de Kodachrome a digital, era sólo un caso de un fenómeno más amplio. En 2009, Kodak decidió cerrar la producción de Kodachrome, que había mantenido por 74 años, para concentrarse en la dura competencia de la fotografía digital. Kodak simplemente reconoció que la evolución de la tecnología (y sobre todo de su adopción por los consumidores) hacía cada vez más insostenible el negocio de Kodachrome. Tiene tintes dramáticos el hecho de que, para atender a los clientes que ya había comprado algún rollo de Kodachrome -y por tanto pagado el revelado- Kodak ha mantenido abierto un último centro de revelado en Parsons, Kansas. El último rollo de Kodachrome fabricado fue usado en 2009 por el fotógrafo Steve McCurry.

Los fanáticos de Kodachrome no se dieron por vencidos ante una decisión financiera de Kodak, y lucharon por mantener viva la producción de Kodachrome. "Kodachrome es más grande que la vida", decía Andrew Lampert, archivista fotográfico en Manhattan, haciendo referencia que que las fotos de Kodachrome duran siglos, mucho más que una vida humana; "es ireemplazable", continuaba. ¡Y sin embargo yo reemplacé mis diapositivas por archivos digitales!

Una historia similar sufrió la foto instantánea Polaroid. Como sabemos, las cámaras de tipo Polaroid introdujeron la posibilidad de ver en cuestión de segundos la foto que se acababa de tomar, en virtud de un proceso de revelado incluido en la foto misma. Al tomar una foto, la cámara hacía salir una lámina de varias capas, de la que el usuario retiraba una cubierta al cabo de unos segundos. La gente se maravillaba de ver aparecer ante sus propios ojos la foto recién tomada.

Obviamente al aparecer la foto digital, el poder ver al instante la foto tomada ya no era una ventaja de Polaroid. Es más, en la foto digital puedes ver el resultado aún más rápido. Por eso, en febrero de 2008, se anunció el fin de la producción de film Polaroid. Se cerraron 3 fábricas y se despidieron 450 trabajadores.

Claro que los fanáticos de Polaroid no iban a dejar morir tan fácilmente esa tradición. Un grupo llamado "Impossible Project" adquirió una de las fábricas cerradas, en Enschede, Holanda (ver sitio http://www.the-impossible-project.com/). Entre 2009 y 2010 refinaron un producto equivalente al film Polaroid, aunque aún no lo ponen a la venta. Muchos fotógrafos nostálgicos siguen haciendo grandes esfuerzos por conseguir en desvanes un rollo perdido de Polaroid para obtener lo que, según dicen, es una propiedad única e inimitable de ese tipo de foto. Recientemente leí acerca de un proceso de manipulación de fotos Polaroid SX-70, en que frotan la foto aún en proceso de revelarse, usando un gancho de metal o equivalente, para mezclar los colores. El resultado es una especie de imagen impresionista, como por ejemplo la que presentamos al inicio de esta nota.

La nostalgia anti-digital es una emoción universal, que no se limita a la fotografía. Recientemente han salido tocadiscos de discos de vinilo, hasta con diseños estilo "retro", como de radio de los años 40s. No falta quien diga que realmente el sonido de esos viejos discos de vinilo era mejor que el de los CDs. En las salas de cine, muchas películas son ahora pasadas usando proyectores digitales, a veces sin que el espectador se de siquiera cuenta.

Otro caso (que luego trataremos aparte) es el de los libros, que empiezan a ser electrónicos, con lectores tales como el Kindle,el Nook o el iPad y muchos otros. Los lectores electrónicos de libros están hoy en día en la etapa en que se encontraban las cámaras digitales hace unos diez años. Los precios de esos lectores bajan, mientras que la industria editorial se ve cada vez más atraída por la alternativa digital.

Mientras tanto, muchos nostálgicos del libro digital insisten en que el placer de la lectura no puede prescindir del gesto de mojarse con saliva el dedo, y pasar a la siguiente página. Dicen que sin el olor del papel y de la tinta, la lectura no se siente igual. Ya los argumentos de que la lectura digital cansa los ojos no son válidos en los más recientes lectores con tinta electrónica, pero la nostalgia del libro que conocimos en nuestra niñez nunca nos abandonará.

El mundo digital avanza hasta completar el círculo de todo lo que es información: imagen, sonido, texto. Y ante cada avance, nuevos nostálgicos propondrán un regreso, aunque sea ilusorio, a la belleza del pasado... Vamos, ¡tomen valor! ¡arrojen a la basura también ustedes sus transparencias!