domingo, 27 de junio de 2010

Pintores de iPad necesitan impresoras al óleo


Los nuevos productos a veces acarrean nuevas aplicaciones, para las cuales inicialmente no habían sido pensados. En esta ocasión vamos a proponer una posible aplicación del iPad de Apple.

Primero veamos qué es el iPad. Llamado por Apple "dispositivo mágico y revolucionario" en su lanzamiento en abril de este año, para los técnicos no es más que una computadora de tipo tableta, con pantalla táctil, con procesador A4 de 1GHz, 16 o 32MB de memoria, conexión a Internet, y software que incluye en navegador basado en WebKit, y... ¡¡BASTA!! ¿Realmente se puede caracterizar el iPad por una lista de atributos técnicos? Apple se va al otro extremo: para ellos, es un dispositivo "mágico y revolucionario". Ninguno de estos dos adjetivos es realmente un atributo del aparato en sí. Lo "mágico" es más bien una percepción del usuario, no un atributo del iPad. Lo "revolucionario", aún aceptando que fuera cierto, se refiere a los aparatos que existieron antes (al decir que es distinto a ellos), pero no dice qué es lo que sí tiene el iPad.

Lo que sí podemos rescatar de la "definición" de Apple es que lo innovador del iPad no es su hardware, ni sus características técnicas, sino la forma en que el usuario se relaciona con él. Llamar "mágico" al iPad es sólo una estrategia de publicidad, pero ciertamente el usuario no se relaciona con el iPad como lo hace con cualquier computadora. Un aspecto de mucho impacto práctico es el uso de los dedos sobre la pantalla, que aunque ciertamente la llena de grasa, también hace mucho más intuitivo y hasta físico el manejo de la interfaz del usuario.

Hay aplicaciones en las que se usa maravillosamente la interfaz "multitouch" del iPad, como es el caso de los paquetes "SketchBook", "Qvik Sketch", "OmniSketch" y "Brushes". En el sitio de Brushes describe la aplicación como "una aplicación para pintar ... con ... varias brochas realistas, multiples capas, zooming, y una simple pero poderosa interfaz". Hay un grupo de usuarios de Brushes, que presentan una impresionante galería de trabajos en Flickr (página http://www.flickr.com/groups/brushes/pool/).

El arte en iPad ha recibido incluso la atención de los profesionales. El pintor inglés David Hockney de 72 años, quien es considerado uno de los pintores ingleses de mayor influencia del siglo XX, ha adoptado el iPad como su principal medio de producción de arte. Dice Hockney: "Veo al iPad como un maravilloso nuevo medio de dibujo". Hockney comenta que la facilidad de distribuir sus propias imágenes le da poder a la gente, la que no depende ya de medios tradicionales como las galerías. Tras haber hecho unas 300 pinturas en un iPhone, Hockney pasó al iPad, beneficiándose de su mayor pantalla: "Conseguí un iPad, que felicidad! Hasta a Van Gogh le hubiera gustado!", declara el pintor Inglés, autor en el iPad del cuadro mostrado al inicio de este blog.

Yo quiero ir aun más allá de lo que proponen estas aplicaciones. En mi opinión, estos programas podrían reemplazar casi por completo las técnicas de pintura "reales", aunque sea para los aficionados, en el mismo sentido que la fotografía digital ha desplazado a la de rollo entre el grueso de los consumidores. La pieza que falta para que pintar en iPad sea realmente "pintar" es la siguiente: se requiere producir impresoras especiales, que sean capaces de imprimir verdaderos "cuadros", con relieve y textura en la superficie, con brillos de pintura de aceite o con apariencia mate como al embarrar la pintura de pastel seco. Estas impresoras no existen hoy en día, pero deben ser completamente factibles de producirse.

Creo que las impresoras con textura y volumen pueden producirse porque ya hay "impresoras de objetos", que por medio de inyección de material, producen al cabo de un rato un objeto tridimensional, es decir, con volumen. Este proceso se conoce en inglés como "3D printing", y en años recientes ha reducido su costo, haciéndose accesible para empresas medianas. Lo que ahora propongo no es tan exigente técnicamente como el 3D printing, es únicamente imprimir con un poco de relieve, simulando las pinceladas o el embarrar un material como por ejemplo el acrílico, o dejar caer gotas sobre el lienzo, en el estilo de Pollock. Además habría que imitar el grado de brillo, como comentamos antes, pero esto debe ser aún menos difícil.

Imaginen la revolución que esto provocaría en los aficionados a la pintura. La facilidad de producir un cuadro pasando los dedos sobre la pantalla del iPad no se compara con la suciedad que implica manejar pinturas al óleo, acrílicos, o aún pastel. Mi tío Rafael Simón (qepd) empezó a pintar al óleo tras jubilarse, y recuerdo que tenía un cuarto permanentemente lleno de materiales, con pinturas a medio trabajar, oliendo a potentes solventes químicos, y con múltiples manchas en suelo y paredes, que aunque indudablemente tienen su encanto, su lado práctico es pésimo.

Mi idea es que los pintores de iPad elaboraran sobre la tableta de Apple sus cuadros, e imprimieran los mejores de ellos para enmarcarlos, regalarlos, venderlos o lo que sea, de una manera muy similar a como actualmente hacemos con la foto digital: no imprimimos la mayoría de las fotos que tomamos; de hecho creo que es una pequeña parte. Solamente las gentes de la generación anterior quieren ver todas sus fotos en papel, de otra forma no sienten que realmente las tomaron. Los jóvenes y no tan jóvenes, pero que adoptamos las nuevas tecnologías, tomamos muchísimas fotos, pero imprimimos unas cuantas.

Las impresoras de cuadros estarían en negocios especializados, tal vez por internet, a los cuales sube uno el archivo digital, y ellos envían por correo el cuadro terminado. También podría haber quioscos parecidos a los que Kodak pone para que uno inserte el USB con los archivos. En fin, son muchas las posibilidades.

Por lo pronto, yo sería usuario de ese servicio, si alguien me lo ofrece. ¿Se animan?

sábado, 19 de junio de 2010

Google TV y el dominio del... sofá


Google ya domina los mercados de Internet de las búsquedas de páginas y de videos, y tiene un buen tramo avanzado en el dominio de los Sistemas operativos, al menos para celulares- con el Android, que es adoptado cada vez más ampliamente en los "smartphones". Pero a pesar de sus grandes avances en estos y otros dominios (aplicadiones en línea Gdocs, almacenamiento de fotos en Picasa, correo electrónico en Gmail), hay un área que se ha resistido no solo a su dominio, ni siquiera le han dejado entrar. Esta es la sala de las casas, donde la TV reina solitaria, alimentada ya sea por las ondas de la TV pública, o bien por un cablecito de aspecto inocente, pero que nos hace pagar una cuenta mensual para poner los pelos de punta.

En efecto, la tele es un mercado enorme. En cada media hora de programa en TV hay unos 8 minutos de comerciales, que en cadena nacional para Estados Unidos cuestan entre 100,000 y 2,000,000 de dólares, dependiendo del programa que se transmite, y muy en particular del "rating" del mismo. En un "Super Bowl" se ha llegado a cobrar alrededor de 2.5 millones de dólares por los 3 segundos, lo que da 83,000 dólares cada segundo, ¿cómo ven, se animan a pagar uno?

Además de la publicidad, están los ingresos de los distribuidores comerciales de señal, los "carriers", tales como Cablevisión, SKY, y otros para México, o Time Warner, Comcast y otros para Estados Unidos, que también son mercados enormes, con más de 50 millones de suscriptores tan solo en Estados Unidos.

¿Porqué pongo esos datos del mercado americano de la tele? Pues porque son los interesados en que las cosas no cambien mucho. Ellos son quienes han mantenido a la TV muy por debajo de sus posibilidades tecnológicas.

Recuerdo que en 1991 fui a Colombia a dar una conferencia, en plena época de bombazos en Medellín, y del encarcelamiento de Pablo Escobar. Bueno, pues en esos lejanos tiempos los comenté a los asistentes a mi plática, que no estaba lejano el día en que la televisión estuviera ligada al Internet, y les decía "Cuando vean en la tele anuncios con ligas de Internet que puedan picar para consultar informaciones, acuérdense que un mexicano fue quien se los dijo primero". Pues estamos en el 2010 y esa tecnología todavía no ha llegado, aunque ahora Google propone algo similar con su anuncio de Google TV el 20 de mayo de este año, casi 20 años después de mi modesta profecía.

Lo que pasa es que en esos tiempos yo era joven e inocente. No me daba cuenta de que la posibilidad tecnológica no es suficiente para que las cosas se lleven a cabo. También se necesita conciliar poderosos intereses económicos, en nuestro caso las cadenas televisivas y los "carriers", y por mucho tiempo no ha sido posible convencerlos de cambiar ni tantito su negocio. Entiendo su punto de vista, pues mientras hay crisis en los medios impresos y en la industria de la música, la TV se ha mantenido como negocio boyante.

Es más, Google TV no es la primera propuesta de una "cajita" con conexión a servicios adicionales basados en Internet; a mediados de los 90, Microsoft adquirió una compañía llamada WebTV, y ofreció un servicio bastante limitado, que permitía navegar en la web desde la tele. Pero no era la TV integrada al Internet, pues la programación de TV no contenía ligas de Internet ni se podía iniciar un programa de TV a partir del Internet. La WebTV fue un fracaso mayúsculo, que Microsoft asumió con mucha filosofía, abandonando discretamente el proyecto. Ni el gigante de Redmond pudo con el reto.

Bueno, ¿y ahora qué ofrece Google TV para ser exitosa donde otros han fracasado? En realidad, directamente Google no ofrece casi nada, salvo búsqueda de programación. Ofrece también un navegador Chrome con el que se puede navegar en la web, cosa que ya se ha hecho mucho antes, como comentamos. Creo que el verdadero filo de la propuesta de Google es que ofrece una plataforma desde la que los desarrolladores pueden ofrecer maravillosos servicios. En efecto, se pueden hacer aplicaciones con base en el sistema operativo Android, lo que permite adaptar a la tele las miles de aplicaciones existentes en el Android market; esto es mucho más poderoso que el desarrollo de "widgets" para televisores avanzados como los Viera de Panasonic. Por otra parte, Google convenció a Sony, Intel y otros de ofrecer el hardware para las teles con estas capacidades, además de la opción de agregar una cajita para usar Google TV en los televisores actuales. Hay que reconocer que los socios de Google en esta aventura son de alto calibre.

Finalmente, ¡vamos, estamos hablando de Google! Si ha relegado al papel de segundón a Microsoft en las búsquedas por Internet, capaz que también puede superarlo en sus incursiones por la TV integrada al Internet. El año pasado, que fui al campus de Google en Mountain View, California, invitado para participar en su reunión anual con los investigadores americanos, pude constatar de primera mano el potencial de desarrollo e investigación del gigante de las búsquedas. No nos extrañe que en unos años también incursione en proyectos de autos eléctricos, energía solar, y muchas otras cosas aparentemente poco relacionadas con su negocio. La pregunta es ¿no estará abarcando Google demasiadas cosas? Sólo el tiempo lo dirá...

martes, 15 de junio de 2010

Una copa del mundo avanzada y atrasada


El mundial de futbol que empezó estos días marca una la primera vez en el empleo de muchas nuevas tecnologías electrónicas. Desde la transmisión de partidos en tercera dimensión, o en alta resolución (o por lo menos en línea, para verlos en la PC), hasta seguir los partidos por medio de las "apps" de los celulares, o en el twitter o en el web, lo cierto es que el acceso a la información de los partidos hace de éste un mundial distinto.

Desde luego, la 3D aún no es para todo mundo (ni la alta resolución, si a esas vamos), pero ciertamente la masificación del enlace electrónico de la información es mucho mayor que todo lo antes visto. Este despliegue de tecnología moderna contrasta con el atraso del
contenido enviado por las redes. En efecto, el futbol soccer es uno de los deportes con reglas más imprecisas y hasta defectuosas. Vamos a examinar esto en detalle.

En primer lugar está el manejo del tiempo. Hay dos tiempos de 45 minutos cada uno. Realmente de 45 minutos? El futbol es uno de los pocos deportes en donde el reloj no se detiene al interrumpirse la acción, sino que el árbitro deja correr el tiempo, lo que ocasiona que el equipo que va ganando haga lo posible para que todo se tarde más: el portero acomoda con cuidado el balón, se perfila para hacer el saque de meta, luego toma vuelo, pero cambia de idea, vuelve a hacerse para atrás, hace señas a sus compañeros de que se distribuyan en la cancha, vuelve a tomar vuelo, y finalmente hace el despeje. Y al final del partido viene la compensación por parte del árbitro, que es como de un par de minutos, enteramente a su criterio; los partidarios del equipo con la ventaja silban para presionar al árbitro a que silbe el final.

La solución obvia a todos estos problemas de tiempo es que el reloj se detuviera en cuanto la jugada se interrumpiera. En otras palabras, el árbitro manejaría un cronómetro para detener el tiempo en cuanto el juego cayera en una interrupción, como la salida del balón de la cancha, una falta, etc.

Evidentemente los dos tiempos no serían de 45 minutos, sino de unos 30 (el número exacto de minutos se puede determinar mediante un estudio de tiempo efectivo promedio).

Entiendo que la FIFA no quiere poner exigencias tecnológicas a países muy pobres, pero actualmente no es mucho pedir que el árbitro tenga un cronómetro. O si?

Luego está la cuestión del cobro de faltas y saques de banda. Vamos primero con estos últimos. Como el punto exacto donde se cobra el saque no está bien definido, los jugadores habitualmente hacen varios "amagues" de saque, y en cada uno se van corriendo mañosamente un poco mas hacia la portería contraria...

Una solución obvia a estas marrullerías sería que el abanderado de esa banda se pusiera físicamente sobre la banda en el punto de máximo avance desde donde se puede hacer el saque;
el jugador tendría derecho a hacer el saque en cualquier punto antes del abanderado. Sobra decir, por lo comentado en el párrafo anterior, que el tiempo se habría detenido hasta que el jugador ejecute el saque.

A continuación tenemos el cobro de faltas. El jugador que va a cobrar el tiro empieza haciendo una cuidadosa colocación del balón, y en cada reacomodo lo avanza unos centímetros más -a veces hasta un metro completo, dependiendo de qué tan mañoso sea el jugador y qué tan
permisivo sea el árbitro. La solución evidente a este problema es que no sea el jugador, sino el árbitro, quien coloca el balón para cobro de la falta. Si el jugador tocara el balón con la mano para acomodarlo, se consideraría mano, y por tanto falta hacia el otro lado...

Finalmente, está la cuestión de la intención del jugador, que afecta un número de faltas que señala el árbitro. Resulta que los árbitros son grandes sicólogos: si el jugador pegó con mala intención, se castiga mucho más severamente que si fue accidental o inocentemente. Claro
que en estas condiciones, los jugadores se hacen grandes actores, pues el marco reglamentario premia a los que mejor fingen buena intención. No me extrañaría que luego los goles solo cuenten si el jugador tenía la intención de anotarlos...

La FIFA es un organismo retrógrada, y por su conservadurismo se acumulan en los partidos las marrullerías de los jugadores y a veces de los técnicos. Ahora bien, no faltará quien piense que las marrullerías son parte del "sabor" del juego. Allá ellos, pero entonces que no se quejen cuando las hagan en contra de su equipo. O quejarse también es parte del sabor del juego?

Como vemos, la tecnología se limita a transmitir el contenido, pero si el contenido tiene deficiencias, éstas no se resolverán metiendo más tecnología, sea éste 3D, HD o cualquier otra D.

jueves, 10 de junio de 2010

El iPhone 4 y la extinción de la PC

Apenas hace unos tres días Steve Jobs, director de Apple, anunció oficialmente, entre una gran expectación y tremenda cobertura mediática, el iPhone de cuarta generación (nota: es la cuarta generación de iPhone, no es un celular capaz de conectarse a redes de cuarta generación). Desde luego el iPhone 4 es una hermosa pieza de diseño industrial, y cumplió ampliamente con lo que se esperaba de él.

Un dato interesante que lanzó Jobs en la presentación (de dos horas, sí, la vi completa) de este lunes es el crecimiento enorme del uso de internet a partir de un dispositivo móvil (dato que, desde luego, Jobs utilizó para mostrar el alto porcentaje del Internet móvil que se hace desde el iPhone). En efecto, cada vez más usuarios no esperan a llegar a su computadora para consultar sus sitios preferidos, muchas veces aprovechando la conexión por la red de datos de los celulares, lo que desde luego hace la felicidad de los "carriers". En nuestra modesta opinión, el Internet móvil no es una moda, sino una tendencia que con el tiempo se va a pronunciar cada vez más.

En efecto, el celular no solamente está más a la mano que la PC, sino que además cuenta con muchas capacidades que esta última no tiene, como la geolocalización automática con el GPS, así como la presencia de multitud de otros sensores. El iPhone 4 tiene la siguiente impresionante lista de sensores:

  • Cámara (ahora de 5M)
  • Acelerómetros
  • Brújula
  • Giroscopio (nuevo sensor)
  • Sensor de proximidad
  • Sensor de iluminación
  • Micrófonos (2)

Con todos estos sensores, se pueden hacer aplicaciones impensables para las PC, como por ejemplo las de realidad virtual. En efecto, el teléfono "sabe" no sólo dónde se encuentra (GPS), sino también hacia adónde apunta la cámara (brújula y giroscopio), con lo que se posibilita poner sobre la pantalla informaciones relacionadas con la imagen captada por la cámara (esto ya se hacía en aplicaciones como "Star Walk" de iPhone y iPad, pero ahora con el nuevo giroscopio se brindará una precisión adicional). Y todo esto es apenas el principio.

La PC se convertirá con el tiempo en un instrumento para profesionales. El mismo Steve Jobs, comentando sobre el iPad, otro producto de Apple, hacía la analogía con los camiones, los cuales eran a principios del siglo XX el vehículo automotor dominante en Estados Unidos, porque la población era predominantemente rural, y los granjeros necesitaban el camión para las necesidades de las granjas. Con el tiempo, la población urbana desplazó al camión como vehículo, en favor del automóvil. Parece ser la misma suerte que correrán las PC, siendo desplazadas por los celulares y otras formas de acceso a recursos en línea (como la TV con Internet integrado, o peor aun, el cómputo ubicuo, ya hablaremos de ellos otro día).

En una de las páginas web que administro pueden encontrar una lista de proyectos relativamente simples de hacer en un "smartphone" con los sensores que comentamos arriba (en nuestro caso usaremos un teléfono con el sistema operativo Android de Google, dado que el desarrollo e instalación de aplicaciones es más simple que con el iPhone).

Por lo pronto, lo que nos resulta claro es que las cuotas de usuarios, de uso de internet, y todos los demás indicadores de importancia, irán cambiando la balanza poco a poco, de forma imperceptible, pero implacable, de las PC a los móviles, en particular a los "smartphones".

Las siglas "PC" quieren decir "computadora personal" en inglés. Pero, contrariamente a lo que dice el anuncio de la HP, la computadora será cada vez menos el medio de cómputo personal. La PC, como tal, marcha hacia su extinción, no en el próximo par de años, pero sí en los próximos 20.